Consejos para calzar a los más pequeños

1. El zapato debe llegar hasta debajo de los maleolos y en el caso de las botas, deber ser suficientemente flexibles como para permitir el movimiento completo de la articulación del tobillo.
2. La plantilla del zapato tiene que ser plana y flexible.
3. El calzado tiene que ser plano con muy poco tacón para favorecer el equilibrio y salvaguardar las piernas y la espalda; y suficientemente ancho por delante para permitir abrir y mover los dedos con libertad.
4. Se recomienda un calzado fabricado con materiales naturales que permitan mejor la transpiración de los pies, como por ejemplo, piel o cuero.
5. El modelo más adecuado es un zapato que se adopte y sujete bien el pie, con cordones o velcros en el empeine. Las chanclas, zuecos o marquesitas no son recomendables.
6. A pesar de haber elegido el calzado correcto, los zapatos y zapatillas es conveniente utilizarlos unas horas al día. Es recomendable que en casa los pies estén libres, será suficiente un calcetín antideslizante.
7. Comprobar a menudo que entre el dedo más largo y la punta del zapato hay un espacio entre 0.5 y 1.5 cm, así como la altura del mismo para evitar roces superficiales en los dedos.
8. El mejor momento del día para comprar calzado es al final del día, que es cuando más hinchados están los pies, hay que probar los dos zapatos y ponerse de pie andando un poco.
9. Nunca comprar un calzado de número mayor con el objetivo que dure más al niño, si el zapato no es de su número puede alterar su forma de caminar o provocar roces y ampollas.
10. Las patologías más comunes por el uso de calzado inadecuado son deformidades en los dedos y uñeros, tendinitis aquilea y bursitis en la zona posterior del talón, dolor en la planta del pie, así como consecuencia de suelas demasiado rígidas.
11. Si se utilizan calzados de materiales sintéticos, aumenta el riesgo de padecer micosis tanto en la piel como en las uñas, así como eccemas, y al estar más dañada la piel facilita las infecciones víricas (verrugas).