En primer lugar, trátelos bien. Haga una observación meticulosa de sus pies con regularidad, o pida a un familiar que lo haga. Los podólogos están capacitados para tratar la mayoría de los problemas de los pies.
Mantener una buena circulación sanguínea hacia los pies también ayuda, lo cual se logra elevando los pies cuando se está sentado o acostado, haciendo estiramientos si ha estado sentado por largo rato, caminando, haciéndose un suave masaje en los pies o introduciéndolos durante un rato en agua tibia.
Trate de evitar la presión de los zapatos que le queden ajustados. Trate de no exponer sus pies a temperaturas frías. No se siente por largos períodos de tiempo (especialmente con las piernas cruzadas). No fume.